En el fragor de una discusión de pareja, un
frustrado profesor de literatura intenta apaciguar a su esposa recitándole un
poema de su autor preferido, y la cónyuge reacciona ante el primer verso con la
presentación del divorcio y poniéndolo de patitas en la calle.
El juez, al dictaminar sentencia sobre la querella a
trámite, contempló como circunstancia agravante que se tratase del poema XV de
los 20 poemas de amor y una canción
desesperada del chileno Pablo Neruda, aquel que comienza así: «Me gustas
cuando callas porque estás como ausente», y celebró la agudeza de la mujer que
lo parafraseó así: «Me gusta cuando callas y más, cuando estás ausente».
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