Cuento de princesa
En un reino fabuloso (donde solían acontecer los
hechos más sorprendentes), una princesa se casó con un príncipe que salió un
poco “rana”, porque, aprovechando el “prestigio” de la casa real y su condición
de yerno modelo, amasó una ingente fortuna a base de delitos plebeyos de
malversación de dinero público y tráfico de influencias.
Esta historia posee un final feliz, pues esta
infanta, con sus cuatro hijos, se marchó a un paraíso fiscal, un país hacia el
Norte, donde las cuentas bancarias de su marido, a salvo de la envidia del
envidioso populacho, aseguraban un futuro de amor y de próspera tranquilidad.
Y fueron felices y comieron perdices.
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